Quienes Somos
La Plataforma Nuestro Futuro Común (PNFC) es una plataforma que actúa como una iniciativa de Humanitas – Instituto de Estudios Integrados de la UFRN, sin fines de lucro o vínculo con partidos políticos, empresas o cualquier tipo de grupo de interés. El contenido del sitio web es el resultado del trabajo de una red de académicos, profesores e investigadores, muchos voluntarios y otros que trabajan a tiempo completo. El principal objetivo del Proyecto es dedicarse a cubrir lineamientos sobre medio ambiente y desarrollo sostenible.
NUESTRO FUTURO COMÚN
UMA ESTRATEGIA PARA UM FUTURO SOSTENIBLE
Heitor Matallo Junior
El futuro es un bien público común que aún no existe, pero con valor potencial. No se puede medir y no se puede evaluar en sí mismo. Solo puedes medir y evaluar por su pasado, es decir, por lo que hacemos ahora. Como el agua o el aire, el futuro puede ser mejor o peor según cómo lo tratemos ahora. El futuro público también es una mezcla de insumos tangibles e intangibles que es el resultado de la forma cómo usamos el capital natural. Esta “forma” en que sociedades se apropian de capital natural comprende las relaciones sociales, las estructuras y las relaciones políticas entre individuos y Estados y el patrimonio cultural en que estamos inmersos.
La historia humana ha producido, hasta ahora, una amplia gama de conocimientos, bienes y tecnologías, que por haber sido acumulados, los consideramos como resultados de progreso. Pero la cultura, con sus activos tangibles e intangibles acumulados, también dejó su huella en este proceso. La humanidad ha desarrollado innumerables actividades que resultó en la modificación de paisajes, a través de la deforestación y la quema de bosques naturales, interferencia en el ciclo hidrológico y extinción de especies vegetales y animales, provocando profundas cicatrices en el planeta.
Desde el siglo XIX, muchos pensadores han reconocido la gravedad de la situación y expresaron su preocupación por lo que desde entonces se ha llamado los “límites del planeta”. El primero en anunciar una crisis insuperable fue Thomas Malthus. La progresión aritmética de la producción de alimentos versus la progresión geométrica del crecimiento de la población era el antagonismo matemático irreductible que nos llevaría al colapso. En el siglo XX, particularmente en los últimos 50 años de este siglo, otros autores publicaron grandes obras que anunciaban los límites físicos de la naturaleza, el crecimiento económico y el agotamiento de los modelos de organización social, culminando con la publicación del informe del Club de Roma y la Primera Conferencia Mundial de Medio Ambiente (Conferencia de Estocolmo), ambas en 1972.
LA CARTA DE LA TIERRA
LA CARTA CORRECTAMENTE DICHA
PREÁMBULO
Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.
LA TIERRA, NUESTRO HOGAR
La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado.
LA SITUACIÓN GLOBAL
Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.
LOS RETOS VENIDEROS
La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.
LA TRAGEDIA AMBIENTAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La situación ambiental de América Latina y el Caribe es cada día más inquietante. Esta es una región rica en recursos naturales y em biodiversidad pero que, pese a los esfuerzos de los Gobiernos nacionales, es testigo de cómo su deterioro avanza inexorablemente. Las políticas ambientales pueden ser políticas explícitas o implícitas; las primeras son aquellas que tienen objetivos ambientales declarados, en tanto que las segundas son las que tienen consecuencias ambientales no declaradas, generalmente negativas. Es evidente la ventaja con que operan las políticas implícitas, y contemplamos como las autoridades ambientales no siempre cuentan con las atribuciones necesarias para influir en los grandes proyectos de infraestructura, en las formas que adopta la modernización de la agricultura o en la orientación de las inversiones nacionales y extranjeras. Todo esfuerzo en favor de la sostenibilidad ambiental entra em conflicto con un estilo de desarrollo en que sigue primando la explotación de los recursos naturales con escasa agregación de valor…